Dios bendiga las endorfinas.

Es en momentos como este que te das cuenta que estás aprendiendo a vivir,

que eres libre de hacer lo que sientes,

que sabes que lo importante es disfrutar ese instante,

dejarte llevar y no arrepentirte.

Darte cuenta que te preguntan 'Cómo estás?' y te atreves a contestar 'Muy bien!' y por primera vez en mucho tiempo, de verdad lo sientes.

Es en momentos como este que te das cuenta que los niños sólo te hacen perder el tiempo,

y entonces sabes que comienzas a darte prioridad a ti misma.

Darte cuenta que puedes mirar o escuchar explosiones en el cielo y que sea algo tan maravilloso,

sentirte relajada, descansada, divertida, a gusto contigo misma, orgullosa de tu cuerpo y con quién eres, contenta con lo que te ha dado y quitado la vida.

Darte cuenta que tú eres la extranjera, perteneces a ningún lado y al mismo tiempo puedes ser parte de cualquier lugar.

Es en momentos como este que te das cuenta que has dejado de ser una niña y te has convertido en mujer,

que puedes tener todo lo que quieres, sólo basta tomar una decisión.

Darte cuenta que estás descubriendo de nuevo el amor, el amor verdadero, el amor más puro, el amor por ti misma,

y realmente puedes decir "Dios, gracias por tantas bendiciones y sobretodo, gracias por todas las endorfinas".